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¿Te ha pasado alguna vez que has tenido la intuición de que un viaje va a cambiar tu vida para siempre?
A veces tomamos decisiones, o dejamos de tomarlas, sin ser conscientes de hasta que punto mover, o no mover, una pieza, aunque sea la más pequeña, puede transformar totalmente nuestros días, y los de los demás.
¿Te has parado a pensar cuántas versiones diferentes podrían haber ahora de ti?
Si hago una pausa, y miro en mi corazón con sinceridad, puedo volver a recorrer los pasos de algunas encrucijadas que sé, que han ido forjando mi estar aquí, en este instante, contigo.
¿Dónde estarías tú, ahora, si al final aquella relación no se hubiera terminado?
¿Dónde, si no hubieras tomado la decisión de cambiar aquel trabajo en el que ya no estabas a gusto?
¿Dónde, si aquel metro no se te hubiera escapado, si te hubieras quedado en el atasco un poco más aquel día, si no le hubieras contado lo que ahogaba tu corazón a esa persona, si no le hubieras dado voz a tus talentos?
¿Dónde estarías si te hubieras lanzado al vacío un poco más, si hubieras ido más despacio, saboreando sin prisa, o si hubieras echado a correr sin aliento, hasta sentir la vida bombear debajo de tu piel?
¿De cuantas decisiones pasadas están hechos tus días?
¿De cuantos “Y si…” tu mirada?
Yo no sé cuántas veces he estado a punto de perder o de ganar contra el reloj del tiempo.
Pero a veces, como un regalo de la Vida, sé cuando un decisión llega con perfume a profundidad.
Y es lo que me pasó cuando se presentó la gran oportunidad de participar en el retiro de El Hilo de Oro en Florencia, en Italia, el país que me ha visto nacer y partir.
Me inundaron el agradecimiento, la ilusión y el vértigo a partes iguales, y esa siempre es la mejor de las señales.
Llegué decidida a entregar mi corazón a la experiencia. Mi mente buscaba respuestas, seguridades, protegerse…
Le ofrecí silencio, escucha, y decidí dejarme guiar por Daniel y todas las personas que daban vida y sentido a aquella experiencia.
Tomé la decisión consciente de confiar, de abrir las manos y dejar que el retiro tomara las riendas de mis procesos.
Así empezó mi revolución interna.
Así fue como, por primera vez desde que tengo memoria, pude sentir como brotaban lagrimas de amor, de conexión profunda, real que nutrían mi rostro y los pliegues de mi alma.
Así fue como pude ver como mi mente aún busca cambiar, controlar…mucho más de lo que me gustaría admitir.
Fui consciente de las espadas del pasado que aún atraviesan mi mente y condicionan mi presente.
Me permití disfrutar del mejor de los abrazos, el mío hacia mí misma, recibido a través de personas que no tienen juicio en su mirada, en las que no hay rechazo en sus palabras o prisa en sus oídos.
Y tuve la suerte de poder vivir un largo regalo de tres días.
Un regalo de profundas tomas de consciencia, de meditaciones reveladoras, de cantos y música que aún erizan mi corazón, de charlas nocturnas, risas de complicidad y consuelo.
Pude nutrir mi cuerpo y mi mente con una alimentación respetuosa conmigo, con las prácticas que íbamos realizando, con el entorno que nos acogía .
Mi cuerpo se movió al ritmo de respiraciones ahora poderosas, ahora dulces, suaves, al ritmo de estiramientos y meditaciones dinámicas.
Vuelvo con los bolsillos llenos de sosiego, de saber que en este mundo estamos más cerca de lo que creemos, que somos más Uno de lo que a veces sentimos y que hay personas, tan sabias como cercanas, que están listas para acompañarte a las puertas de tu propio Ser.
No sé cómo podrían cambiar tu vida 4 días.
No lo sé.
Pero yo estaré dispuesta a correr el riesgo de nuevo, en el próximo retiro del Hilo de Oro, esta vez, y por primera vez, en España, país que me ha recibido y acogido como un hogar.
💜¿Nos vemos allí?💜
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P.S.: Si quieres saber más acerca del retiro de diciembre, o quieres dar voz a tus dudas, puedes contactarme aquí a través de WhatsApp: +34 678 99 77 21
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Qué maravilla. Gracias Yanua por tu corazón
Hola, es increíble como ha sido inmediato verme reflejada en estas palabras. Muchas gracias Yanua por esta preciosa reflexión.
El perdón, lo entiendo como un acercamiento, una mirada que al principio es recelo, inquietud incluso rabia o miedo , y después ante una mirada y comprension desde el corazón, se vuelve e integra en mi ser más elevado
Esa energía que utilizaba para reprimir la, guardarla…. zash! Se integra al todo.
Gracias