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Morir a una misma, uno mismo

Cuando escuché por primera vez esta frase de Daniel Lumera me impactó, sabía que era una de estas afirmaciones que necesitan ser sentidas, llevadas adentro para que te transformen.

Hay palabras que tienen la capacidad de entrar en tus estructuras internas y empezar una revolución silenciosa, una reforma de tus cimientos, sin necesidad de utilizar martillos ni taladros. 

Nunca sabes cuándo vas a escucharlas, cuándo te las vas a ofrecer la vida…

Pueden estar esperándote, pacientes, a la vuelta de la esquina en tu barrio, en la parada del autobús, en una cafetería mientras esperas distraída…

Llegan para quedarse, para pasar a formar parte de tu entramado interno, como unas células más, listas para empezar un efecto dominó de sensaciones y tomas de consciencia.

Morir a mí misma.

Tomé la decisión de coger de la mano esta frase y llevarla conmigo, para conocer lo que quería contarme.

Me puse las zapatillas y salí a correr entre unos olivos cercanos, dejé que el viento de primavera me ayudara a abrir mi cuerpo a estas palabras.

Y pude sentir lo que estaba buscando hacía tiempo sin saberlo, rendirme completamente a la inteligencia de la vida, dejar que mi personalidad muriera para volver a renacer al servicio del corazón.

Y se siente como una muerte, como cuando en un espectáculo teatral, o en tu libro o en tu serie favorita, muere un personaje querido, que te ha estado acompañado capítulo trás capítulo.

Le has visto nacer, enfrentarse a mil desafíos, construir poco a poco armas, escudos y caricias, le has acompañado a ponerse y quitarse la armadura una y mil veces, has escuchado sus anhelos, pensamientos más escondidos, has saboreado sus lágrimas, sudor y has gozado de sus risas más escandalosas…

Lo ha sido todo para ti

Le has ayudado a sobrevivir, a vivir, a crecer y aprender…

Incluso a evolucionar ¡pensabas!

Y ahora lo ves…

Tiene que morir a sí mismo.

No hay una versión mejor, una Yanua 5.0 , una actualización más pro…

No la hay.

El monstruo final del videojuego al que jugabas de niña, de niño, nunca ha estado esperándote para pasar de nivel…

Sin embargo, estos conceptos mentales, me brindaban una cierta tranquilidad, era como tener una meta clara, una meta que te lleva al rechazo de ti misma y a seguir unas expectativas a lo mejor ya caducas, sí, pero con un camino claro…

Y esto a la mente le gusta.

Unas pautas que seguir, 1+ 1 es igual a 2… ¡Qué paz mental aparente!…

Pero no, resulta que no hay una suma clara, un resultado preestablecido que te asegure la felicidad que la mente crea ilusoriamente y que lanza lejos para que vayas detrás de ella.

Solo queda sentir dentro…“Morir a ti misma”

¿Qué forma tiene en ti? ¿Qué revolución empieza en ti, en tus procesos mentales, en tus entrañas?

No se que hay después de la muerte a una misma, uno mismo.

¿Pero sabes qué?

No me importa, voy a disfrutar un poco más de este morir consciente, voy a permitirme un instante más de profunda ignorancia, desconocimiento, de sentirme “equivocada”.

Voy a equivocarme y a fallar un poco más, a ver que nace de ahí…

Porque la liberación, a veces, tiene formas inesperadas de presentarse.

No sé en qué momento de vida te llegan a ti estas palabras.

Yo honro y respeto tu proceso y deseo que siempre encuentres en el camino frases puentes hacia otras posibles realidades.

El 11 de mayo estaré a la escucha de Daniel Lumera en la jornada experiencial intensiva “De la Respiración a la Meditación”, dentro del retiro largo de 7 días de “El Hilo de Oro”, dejándome sentir el potencial detrás de cada nuevo encuentro.

Si aún no lo has hecho, y tú también quieres descubrir más…

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💜¿Nos vemos allí?💜

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