Los desequilibrios relacionados con esta esfera
nunca han sido tan comunes y diversos como hoy en día, afectando a todas las dimensiones de nuestra vida, desde el cuerpo hasta las emociones — como la ansiedad —, desde los pensamientos obsesivos hasta el bloqueo emocional, llegando incluso a profundas dificultades, traumas e impotencia.
En el cuerpo físico, esta energía se conoce como “energía sexual”, pero cuando comenzamos a llevar consciencia a ese fuego, esa misma energía asciende a planos más elevados del ser humano, convirtiéndose en escucha, presencia, amor y pura conciencia.